La cara y la sonrisa del día de las inauguraciones no es la misma que se le da a los vecinos que tienen problemas.
Este fin de mes pasado, en Marmolejo, y creed que es verdad, porque lo saben muchos vecinos, se ha vivido un episodio más de desamparo de una familia humilde, a la que se les ha cortado la luz y que han pasado unos días angustiosos, mientras que en su desesperación han acudido al ayuntamiento y la respuesta ha sido siempre la misma: "el alcalde está de vacaciones y aquí no hay nadie para atenderte".
No se puede andar así. Cuando un pensionista de cerca de noventa años ve como su casa vuelve a los tiempos de las velas, el agua helada y la comida igualmente fría, a no ser que familiares y vecinos acudan con algo caliente que llevarse a la boca, no tiene que hacerle ninguna gracia.
Sin embargo, que cuidado hay para no olvidarse de estas personas el día de las votaciones y mandarle un vehículo a su casa para llevarlos a las urnas, y nada más montarse en el coche, darle los sobres con las papeletas sin fiarse de las que ellos, voluntariosamente, ya llevan preparadas de casa, por si acaso.
Entendemos que el Sr. Alcalde Presidente, tiene derecho a unas vacaciones y si es en Fuengirola acompañando a un autobús de paisanos, pues mucho mejor, ya que con la proximidad de las elecciones todos los esfuerzos por convencer al personal son pocos. Pero que si el nº 1 se va, que deje a alguien competente en su puesto y si no lo hay, que al menos deje a alguien aunque sea un incompetente, lo que no puede ser que por medrar unos votos deje al resto de los vecinos a su suerte, como desgraciadamente ha pasado.
Seguramente, si esta familia en dificultades hubiera solicitado ayuda en otro sitio, no hubiera tenido que estar tres días alumbrándose con velas, esperando que llegara la pensión para poder pagar a los de la eléctrica. Lo que ha pasado es que ellos jamás hubieran creído que los de las buenas palabras, y el coche en la puerta el día de las elecciones, les iban a fallar a la primera de cambio tan descarada y estrepitosamente e iban a pasar de ellos y a tratarlos como parias, metiendoles en el saco de la exclusión social, con lo que conlleva de frustración y decepción emocional y psicológica.
Si hacen esto con una familia socialista de toda la vida y a los ochenta y muchos años de edad, que no harán con cualquier otro. Es necesario darle una vuelta a todo esto y poner a los vecinos en el primer lugar de las prioridades y que le den viento fresco a politicuchos engreídos y dejar de agradecer obras que solo les han traído beneficios a ellos. Otro Marmolejo es posible y necesario.
¿Que se puede esperar de esta chusma? Pues dejar a la gente tirada aunque sean de los suyos, pero estaría bien que lo recordaran el 22 de mayo, ellos y todos los de su familia y mientras el tio en la playa, no te joe?
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