En Marmolejo, los de siempre a lo suyo... los demás construyendo el futuro.

Lo que hacen algunos para que se hable de ellos, aunque sea mal.

Hay ocasiones en las que, desgraciadamente, no deja de sorprenderme la cortedad de entendederas de algunos seres humanos y se pone cuesta arriba poder disculparlos o buscar una explicación lógica a sus actos. Aún así vamos a intentarlo por lo de didáctico e instructivo que puede haber en la comprensión de las acciones de algunos elementos, pobres personas, que creen que hacen un favor a su causa, la socialista, cuando lo que realmente hacen es perjudicarla, mancharla e intentar confundir a las personas de buena voluntad que puedan escucharles.

No me cansaré de dar ánimos a los auténticos socialistas de Marmolejo, a los que lo son y no a los que juegan a serlo,  pero la verdad es que lo tienen difícil con tanto fantasma infiltrado en sus filas. Lástima les tengo que, después de tantos años de sometimiento y pensamiento único, ahora tengan que aguantar que, en nombre de sus siglas, lo más granao de la tontuna marmolejeña anden haciendo alardes, porque no saben hacer otra cosa, y pretendan de esa manera hacer méritos para dirigir el partido.

La cuestión es que durante toda la vida, y por supuesto los últimos veintitantos años, la basura generada en el cementerio, se ha llevado a la escombrera cuando ha habido suficiente como para llenar un camión, flores secas, restos de velas, adornos funerarios en desuso y  coronas deterioradas forman parte de esta carga  lúgubre así como ocasionalmente  tablas o partes de algún viejo ataúd cuando los restos humanos que contenía han pasado al nicho de algún familiar o han sufrido algún trasiego. Hasta ahí todo normal, lo que no es normal es irse a la escombrera municipal a revolver toda esa basura con la esperanza de encontrar algún hueso que se le haya podido pasar a los encargados de la ingrata tarea de trasladar los restos de un nicho a otro. 

Labor de buitres, que no entiendo ni admito, la de buscar con avidez entre los escombros y basuras con la intención de no se qué, de escandalizar, de hacerse notar o simplemente de demostrar su propia bajeza moral y humana. Quizás así crean que tapan la mancha del equipo de gobierno anterior que permitió que decenas de camiones con restos humanos fueran esparcidos por el término municipal, por campos y cunetas, cuando se hizo la obra de la piscina cubierta en terrenos de lo que fue el cementerio San Sebastián. De aquello se enteró toda España y sí fue motivo de escándalo y vergüenza pero ninguno de los que se dan hoy golpes de pecho y se rasgan las vestiduras acudió cuando decenas de voluntarios hicieron lo propio para recoger honrosamente los restos de los antepasados de los marmolejeños.

No hay nada como un grupo de pretenciosos pretendientes a machitos de la política local, descabezado, sin rumbo ni cálculos ninguno. Por favor que alguien ponga orden en esta chusma. Hoy hay mil temas importantes de los que hablar en Marmolejo, hay mil circunstancias que afectan a la ciudadanía y a lo municipal. Además hoy si hay libertad para hablar de cualquier cosa, no como antes, se puede afrontar el futuro con franqueza, con complicidad y con confianza en lo público. Lo que hay es lo que se ve. Hay muchas dificultades y muchos problemas, pero ya no se hacen las cosas como antes, nadie es perfecto, pero tengamos la seguridad de que estamos en el camino de la verdadera transición democrática marmolejeña.

Escombrera.

Queda mucho por hacer, pero en serio, mucho por recorrer, pero juntos, mucho por construir, pero desde el respeto y la colaboración y si perseveramos y tenemos fe en nosotros mismos, en los vecinos de Marmolejo, sea cual sea su credo político, no tenemos más remedio que llegar a buen puerto, a disfrutar de una forma de hacer municipio desconocida hasta ahora, nueva e ilusionante. Después, con estos mimbres, ya podrá gobernar el que el pueblo quiera, pero respetando las reglas del juego, las que pongamos entre todos en un pacto no escrito de sentido común, libertad  y respeto para con los ciudadanos y lo que emana de ellos, lo público, lo de todos.

Se trata de otro tipo de municipalismo, alejado del rancio modelo obsoleto y decimonónico en el que hemos vivido hasta ahora. Una apuesta por los vecinos y no por los del partido, por la aspiración a una vida digna y común para todos y no de privilegios para unos cuantos, por una sociedad dinámica y concienciada del valor de la comunidad por si misma, de todos juntos, del pueblo de  Marmolejo, al margen, y sobre todo al margen, de enteraillos salvapatrias nostálgicos que saben lo que nos conviene a los demás y en realidad no tienen nada que ofrecer, solo su inadaptación y la ruina de siempre..