El que caza, quiere caza.

Los cazadores seguimos esperando la dichosa reunión informativa que no parece que vaya a llegar nunca, o hasta que todo esté atado. La política de hechos consumados a la que nos tienen acostumbrados, ahora mismo , da miedo.

Las obras, parece ser que están adjudicadas, y las informaciones que los socios tenemos solo son fruto de especulaciones y rumores. A veces no informar, es muy parecido a actuar de espaldas al socio. Y andar a estas alturas mendigando información, sobre un local que es nuestro, aunque luego no quepamos dentro todos ni para hacer una asamblea, tiene migas. Más valía haber apañado una na

ve que seguramente sería más consustancial con nuestras actividades y hasta más barata.

Si el empeño que se está poniendo en la dichosa sede, se hubiera puesto a la hora de recuperar la perdiz, repoblando e incluso planteando periodos de veda del tiempo que hiciera falta, otro gallo nos cantaría. Al final, nos costará los dineros y tendremos casa pero no caza. Eso sí, el cabreo ya no hay quien nos lo quite.