Cuando no hay imaginación, cuando se acaban las ideas o cuando simplemente no hay nada que ofrecer, se cae en la tentación de presentar lo viejo como nuevo. En esto ya hay experiencia, en Marmolejo hay verdaderos especialistas en presentar durante lustros un mismo proyecto, dándolo unas cuantas veces por acabado y presentándolo otras como verdadera novedad sin haber movido ni un solo ladrillo. Sin ir más lejos, el ejemplo lo tenemos en las cien viviendas, que "sin tener nadie la culpa" va para dos lustros desde que se empezaron y todavía hoy no se han ocupado la mitad de ellas.
Todo esto viene a cuento por las reuniones informativas que se están manteniendo sobre las 600 viviendas. Porque el problema es que no hay nada de qué informar y el personal empieza a desesperarse.
Las informaciones son confusas, si se tiene en cuenta que hace un año se estaba en la misma situación que ahora: que faltan tres tierras que comprar, que ya veremos si se expropia alguna... y lo nuevo es que a pesar de que las casas serían para primera vivienda, se anima al personal que ya piensa que esto va para largo, para "que no se borren y que luego ya veremos..." Y para colmo el que tenga un mínimo de memoria recordará que el año pasado se dijo hasta la saciedad que en esta legislatura no se comprarían ni los solares porque no iba a haber dinero.
Los problemas que hubo durante todo el proceso de estudio, planteamiento, planos, construcción y entrega de las Cien Viviendas, todavía colean, a la vecindad no se les ha olvidado y la verdad es que pensar en un nuevo calvario con las Seiscientas, no le apetece a nadie.
La verdad es que se les ha ido la mano, si se le hubiera visto ya algo de movimiento al proyecto habría más interés, pero ¿como se vende la nada? Nada de movimiento, reuniones para nada, nada real que ofrecer (los marmolejeños se van hartando de promesas) y casi nada de ilusión. Como anécdota , es paradójico que haya solares desde el año 89 esperando todavía construirse o que sigan revalorizandose. Lo que ustedes prefieran.
Que sí, que puede que algún día sean una realidad, que en quince o veinte años ya veremos...Es posible o incluso algo antes. Pero el que ahora es joven entonces será de mediana edad y ni el tiempo ni la vida esperan.
Lo enojoso del asunto es que mientras tanto se intentarán rentabilizar políticamente las viviendas, avanzando las gestiones y las obras estratégicamente antes de las elecciones y luego, como pasaba con el polígono industrial, parándose cuando las urnas se guardaban. Además que durante años esa será practicamente la única oferta pública de suelo urbanizable y el que no quiera o no pueda meterse en las Seiscientas, igual que pasó en las Cien, lo va a tener crudo para acceder a un solar o tendrá que meterse en el centro a por una casa vieja y ya sabemos lo que es eso. Hay un pueblo donde construirse la primera vivienda es realmente barato y está convirtiéndose en un referente mundial, Marinaleda, donde existe el pleno empleo... pronto hablaremos de este pueblo sevillano.
La nula política urbanística, o la política de tierra quemada (derribar antes que reformar y conservar)está llevando a Marmolejo a ser el único pueblo de la comarca sin pasado arquitectónico, sin presente, solo promesas y sin futuro, porque no depende de los vecinos ni hay quien sepa dar razones.
En la memoria quedan edificios históricos y fachadas que tenían escrita la historia de generaciones de marmolejeños, la imagen de un pueblo que nunca más será y que no conocerán nuestros hijos y queda otra, de barrios periféricos muy habitables, pero no había porqué cargarse el centro para ello.
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