En el Pleno.Comerciar con la Dignidad, mal asunto.

Viene de IUMarmolejo
Pedir trabajo no es una deshonra.

Pedir trabajo no es una dehonra, o al menos es lo que a mí me enseñaron mis mayores, máxime cuando el capital de un currante solo son sus manos. Aunque esto, hay que decirlo, no es del todo cierto porque gran parte de ese capital que tiene el obrero también es su cara, su dignidad, el poder llevarla alta. Por lo tanto no tengo doblez al defender, sobre todas las cosas, la dignidad del obrero.


Hoy en el Pleno, se ha aludido varias veces a la demagogia, a querer sacar tajadada política de la situación tan difícil que están pasando muchas familias. Han sido acusaciones mutuas entre todos los partidos, excepto IU que se ha mantenido al margen. No podía hacer otra cosa, al principio del Pleno, antes de ni siquiera intervenir formalmente, el concejal de IULV-CA presente, Fernando Quero, fue apercibido dos veces de expulsión o lo que es lo mismo, fue amordazado. Tampoco quiso entrar en el juego infame de darse golpes de pecho y rasgarse las vestiduras para ver quien mira más por las personas con dificultades. Ha tenido que presenciar en silencio tan vergonzosa escena y encima aguantar que al final le dijeran que IU había adoptado una postura pasota e indiferente.
El concejal de IUcomo muchos vecinos o como yo mismo, no podía salir de su asombro al ver como representantes, de los dos partidos mayoritarios que tienen responsabilidades de gobierno el las diferentes administraciones y que actualmente estan implicados en sendos casos de corrupción y de desgobierno, se lanzaran acusaciones mutuas y arremetieran unos contra otros usando a las personas con dificultades como ariete.
Volviendo al principio, apuntarse en una lista para pedir trabajo no es una deshonra y más aún cuando en la categoría de necesitar trabajo estamos la mayoría, lo que es una canallada es manejar esas listas opaca, partidista y provechosamente y mantenerlas en secreto con la excusa de salvaguardar la intimidad. No haría falta darles publicidad, solo que decidieran sobre ellas la comisión adecuada y no la voluntad de uno. Del mismo que ahora quiere dar lecciones de respeto a la intimidad y repasó todo el pueblo casa por casa haciendo una lista exhaustiva de los que no coincidían con sus proyectos, ¿y esto, no era intimidante?, ¿donde quedaba el derecho a la propia conciencia y a discrepar sin entrar en una lista negra? Del mismo que esta noche ha proclamado no interesarse por la afinidad política de los demandantes de empleo pero tiene en su poder la lista de los que no le apoyaron para cotejarla.
Tarde o temprano todo pasa factura y el despotismo para con los no afines puede intimidar y ser rentable en las urnas, pero ninguna situación dura siempre y a final la dignidad se recupera.