Las familias y la crisis, la pobreza por obligación.

Viene de IUMarmolejo



REPORTAJE: ROTOS POR EL PARO
Familias hundidas por la crisis
El paro crónico abre un duro panorama de conflictos familiares. EL PAÍS ha recogido testimonios de afectados que quieren explicarse, y también los de aquellos otros a los que el orgullo y la vergüenza impiden incluso pedir ayuda públicamente
JOSÉ LUIS BARBERÍA 25/10/2009

La crisis ha arrojado al paro a un millón largo de personas en los últimos 12 meses, y hay muchos hogares con todos sus miembros en el desempleo. Trabajadores de la construcción y de la industria casados o en edad de procrear, jóvenes de escasa formación con contratos temporales, mujeres solas con hijos a su cargo, hombres separados y personas mayores tienen preferencia a la hora de ingresar en el nuevo "ejército de los pobres". Y es que, asfixiadas por las deudas y sin alternativa formativa para el recambio profesional, buena parte de estas gentes parecen abocadas a traspasar el umbral de la pobreza -ingresos inferiores al 60% de la renta media- e incrementar ese 20% de pobres (15% en la UE-25) que ha permanecido casi inalterable a lo largo de las tres "décadas prodigiosas" de bonanza económica. Leer más.



Parece ser que la sociedad necesita su número más o menos fijo de pobres. Personas abocadas a vivir siempre a un paso del hambre y la marginalidad, siendo blanco fácil de la desintegración familiar, las adicciones y finalmente la exclusión social. Paradójicamente, quizás cueste más mantener la pobreza que erradicarla, pero los ricos necesitan ver que hay pobres.

Con los datos actuales, si en el mundo hubiera solo diez personas, una tendría el 99% de la riqueza y el resto se repartirían el 1% restante. A Estados Unidos con el 6% de la población adulta del mundo, le corresponde la tercera parte de la riqueza mundial, y a la India con el 15% de la población solo el 1% de la riqueza, pero los hay mucho peores. Más datos.



En resumen, que la riqueza está muy mal repartida y en gran medida por lo que llamamos capitalismo, neoliberalismo, globalización... a todo esto muchos lo llaman hambre e insolidaridad. Y si no se hace nada, esto no lleva camino de arreglarse, sino todo lo contrario.

Nosotros lindamos con la realidad de África y sus miserias, desde siempre hemos sido tierra de promisión para ellos, pero cada vez nuestra Andalucía es menos atractiva. No hay trabajo, no hay industria que transforme lo que aquí se produce, no hay futuro para los jóvenes, cada vez hay más diferencias sociales y marginalidades... si el pueblo no se pone las pilas y seguimos en manos de oportunistas, África no tardará mucho en empezar en Despeñaperros.