Lo que nos gusta una obra.

Ya que habíamos perdido la esperanza de ver movimiento de obras en el Balneario, hoy a primera hora nos hemos topado con la sorpresa, las máquinas empezaban a demoler la antigua envasadora. Es un principio, por algún sitio había que empezar, y creed que corte no falta para emplearse a fondo bastante tiempo.

Lo que no sabemos es hasta donde se va a llegar y cual es el proposito que mueve esta nueva etapa en la azarosa vida de las reformas del Balneario. Nos extraña que en el pleno de los presupuestos no vieramos que se hiciera referencia a ninguna partida para obras y arreglos en los terrenos de la fuente. Y más aún cuando el estado en que se encuentran lo que una vez fueron jardines y zonas de esparcimiento, es de total decrepitud y abandono.

La tarea es enorme y como no creo que esté el horno para bollos, economicamente hablando, me inclino a pensar que no se llegará muy lejos y nos quedaremos con las ganas de unas reformas sustanciosas. Ante la tradicional falta de información me veo obligado, muy a mi pesar, a hacer cávalas y pronosticos arriesgados. Uno de ellos podría ser creenos que se estan dando pasos firmes para la construccion de aquellos complejos hidrotermales prometidos o al menos preparandoles el terreno. Que hablen clara y honradamente y no se pasen la vida dando pistas, señales y haciendo amagos para tener al personal tan embobado como un chiquillo en el circo.

Bueno, ya nos enteraremos, como siempre a posteriori, pero la verdad de hoy es que han empezado las obras. ¿De qué? Eso es otra historia.