Poblado de San Julián, hoy hay otra oportunidad para el entendimiento y el diálogo.

Esta tarde a las seis, en el poblado se San Julián, y a pesar de la campaña y esfuerzos en contra que se han hecho desde el Consistorio, la Asociación de Vecinos Poblado de San Julián, celebrará una asamblea abierta a todos los vecinos de la pedanía, en el único sitio que les han dejado, en la calle, en la  plazoleta, frente a la iglesia.

El Alcalde argumenta, para negarles el recinto, que no conoce a los miembros y  que falta un sello de registro en la petición efectuada de un local para el acto, excusa más que inútil ya que la da después de  manifestar públicamente su ojeriza contra la asociación y sus miembros. Y aún así estos han tenido a bien invitarle a asistir para que prime el diálogo y destierre los prejuicios absurdos que le dominan en este caso.

Este gesto vuelve a poner a cada uno en su sitio, a la Asociación dentro del espíritu de concordia que le caracteriza en la búsqueda de un poblado más habitable y digno para ellos y sus hijos y al Alcalde recogiendo el guante, a ver como reacciona y si tiene la cintura humana y política de contemplar el esfuerzo de los vecinos de San Julián por organizarse, no como una amenaza, sino como un acto que solo puede traer parabienes y mejoras.

En estos caso, la cordialidad y tolerancia han de imponerse, ya que ambas partes solo quieren lo mejor para todos. La Asociación de Vecinos  solo mira por el bienestar de la comunidad pedánea y procurar cuantos avances se puedan hacer en este sentido. La alcaldía, está doblemente obligada a poner lo mejor de sí misma en este asunto, ya que además de que el partido que la sustenta, el Psoe, llevaba el apoyo a las AAVV en su programa electoral (por lo que ahora extraña que despotrique de ellas y de esta), es su obligación  velar por que todos y cada uno de los vecinos disfrute del mejor entorno posible, disfrutando del mayor número de servicios municipales en cantidad y calidad dignas y aceptables.

Pero suele pasar que el orgullo nos puede, y es esta faceta humana la que tiene la culpa de todo lo que está pasando, ya que para arreglar una cosa, lo que sea, primero hay que reconocer que está deteriorada, en este caso la pedanía, que no pasa por uno de sus mejores momentos. En realidad habría que reconocer abandono, y eso es una realidad difícil de asumir por la persona que tendría que haber puesto medios, haber invertido lo necesario y no haberle dado la espalda olvidándola durante lustros. En este caso es el orgullo de un mal gobernante, la mala conciencia de no haber cumplido con la obligación adquirida en las urnas, y sobre todo es la incapacidad para rectificar y reconocer errores.

Y lo peor es que cuando no hay defensa posible y la culpa es tan evidente, se opta por el ataque, como es este caso en el que lo malo no es que el poblado esté abandonado, lo malo es que los vecinos, en vez de callarse como siempre, se organicen para decirlo y exigir medidas, y sobre todo que piensen consolidar esta postura para seguir teniendo voz en el futuro. Para algunos esto es intolerable y lo consideran una revolución a sofocar. Pero para nosotros es una bendita revolución democrática. Que cuenten con este vecino y con muchos otros, para lo que haga falta.

Hoy el Alcalde tiene una oportunidad de oro para presentar una faceta diferente y humana, aceptar las deficiencias, los errores pasados y apoyar a este grupo de vecinos que lucha por mejorar su calidad de vida, escucharlos y adoptar sus inquietudes como propias, eso sería fabuloso, el fin de las hostilidades y el comienzo de una nueva  era de cooperación  y diálogo. Veremos a ver en que queda todo esto, y con lo que sea, lo comentaremos. Ojalá haya que felicitarse.