El pasado 22 de Septiembre, incluimos una entrada que hablaba de la historia de la radio en Marmolejo, hoy vamos a incluir la segunda parte, la continuación de esta historia inconclusa que esperamos que algún día tenga un final feliz.
La historia quedó en los tiempos en que todo el que podía escuchaba alguno de los talleres de radio de Marmolejo, fueron tiempos felices, por llamarlos de alguna forma, productivos en lo cultural y en los que lo radiofónico llegó a coger una dimensión, en nuestro pueblo, a la que ya nunca más ha podido ni acercarse.
Para que se hagan una idea, hubo un episodio dramático en el que una noche, cuando la sede de Radio Olivo estaba en la biblioteca, cuando mejor iban las emisiones y mayor número de voluntarios aparecían a hacer sus prácticas por este taller, sin saber ni como, ni porqué, salió ardiendo la radio. Fue un fuego virulento que si bien no produjo daños personales, al no encontrarse nadie emitiendo, si desbastó por completo todo el equipo técnico, se perdió todo, e incluso colecciones enteras de discos que la gente prestaba para que se pudieran hacer los programas, fue una tragedia que por sí sola podría haber acabado con aquel sueño, hecho realidad por unos locos, llamado radio. Pero eso no llegó a pasar, porque de forma espontanea las amas de casa que se habían quedado sin su radio, las mujeres de Marmolejo, esas hermanas, abuelas y madres de los chavales que emitían sus programas y que eran sus principales fans y muchas otras, empezaron a hacer donativos, pusieron huchas en las tiendas y de forma anónima se fue aportando el dinero necesario para un nuevo comienzo. Todo un milagro, un alarde de solidaridad, de sentimiento colectivo de que aquello era necesario, una lección sin palabras con un gesto generoso, que vino a decir que la radio era de todos y entre todos habría que arrimar el hombro para levantarla de nuevo. Y así se hizo. En no demasiado tiempo, estaban funcionando de nuevo la emisora y los transistores en las casas, el campo y el trabajo, sintiéndose todos artífices de un magnífico acto de comunicación, a través de la solidaridad y el esfuerzo de muchas personas que ni se conocían entre ellas pero que habían colaborado por un bien común.
Aquel día la radio dejó de pertenecer a unos pocos y pasó directamente a ser de todos, del pueblo, para cumplir no solo con los consabidos fines de formación, entretenimiento y cultura, sino también para ser el testimonio vivo del logro de los vecinos de un pueblo, haciendo causa común ante la adversidad y superándola poniendo lo mejor de ellos mismos.
Pero también aquel día alguien se revolvió y se asustó en su despacho y se puso como meta desbaratar de un plumazo lo que el pueblo había conseguido con tanta fatiga. Fue el día en que la radio empezó a quemar en las manos de la autoridad, su potencial cultural y social y falta de control político la hacían peligrosa e incompatible con el proyecto de control férreo de los medios de comunicación por parte del régimen que se pretendía instaurar. Ese día se decidió municipalizarla. Lo que no resultó difícil, fue como robarle el caramelo a unos chiquillos, en realidad pasó eso, se intrigó, engañó y presionó a las personas adecuadas y en el momento preciso y se confiscó, para mayor gloria de nuestro alcalde, que la ha postrado hasta ser lo que hoy es y si no la elimina del todo porque de cuando en cuando le es útil.
Todo sucedió cuando un invierno se redujo notablemente el número de locutores, a causa de que muchos de ellos eran estudiantes, entonces las asociaciones culturales de las que Radio Sur y Radio Olivo eran talleres, decidieron fusionar estos talleres en uno y, con el único propósito de la supervivencia, juntaron sus medios técnicos y humanos. Cuando esto sucedió ya solo hubo que convencer, con promesas nunca cumplidas y otras artes, a los pocos que quedaban en la radio, de que lo mejor para todos era municipalizarla, que habría más medios y trabajo remunerado, y sin pensárselo ni un momento se entregó y confiscó, en un mismo acto, lo que era del pueblo y pasó a ser propiedad de los políticos para huso y disfrute a capricho propio. Los municipales llegaron a no dejar acceder a los que no leían y la radio comenzó una nueva andadura cuesta abajo y sin frenos que conocemos todos.
Solo quedaron un par de personas que intentaron mantener en pie lo una vez fue un sueño y que hoy tiene goteras y precariedad, lo que una vez fue paradigma de la libertad y lleva dos décadas bajo un ordeno y mando, lo que una vez fue del pueblo y hoy es solo un juguete en manos de la tiranía, lo que fue un proyecto ilusionante y ahora es un coto privado y abandonado, lo que representó la cultura, la solidaridad y el sentir de un pueblo y hoy representa la autoridad de un régimen inflexible y manipulador.
Fue un acto ilegal, ya que todo se hizo a espaldas de los legítimos organos y la Asamblea de la Asociación Radio Cultural Olivo a la que pertenecía legalmente el taller de radio, y una canallada apropiarse de la voz del pueblo para subyugarlo, para quitarle las ganas, la esperanza y la fe en sus posibilidades y sus fuerzas, en su capacidad de trabajo y de discernimiento. Es lo que intentaron y es lo que tenemos, y es lo que tendremos si no decimos lo que nos parecen estos atropellos, para eso nunca es tarde, para decir ¡BASTA! Y que otro Marmolejo es posible. Porque al robarle al pueblo la radio, no le robaron la capacidad de enmendar lo que está mal, ni la de unirse frente a la adversidad.
Como siempre me sorprendes Catafracto. Preséntate a Alcalde que yo te voto, yo y más de las 3 cuartas partes del Pueblo. Estamos más que hartos de dictadores caciquiles y heraldos agradecidos a costa del sufrir del Pueblo.
ResponderEliminarUn ejemplo "temprano" de lo que sería una trayectoria "brillante" en la línea del más puro régimen dictatorial. Como siempre.
Me viene a la memoria la historia de aquel cantautor latinoamericano, Víctor Jara, al que le cortaron las manos para que no volviera a tocar la guitarra, pero el siguió, siguió cantando y le cortaron la lengua para que no cantara, y eso fue lo que hicieron con el proyecto de ilusión de unos jóvenes y no tan jóvenes que se asociaron con un fin muy noble. Obviamente aquello requería de la actividad del libre pensamiento, y si lo que algunos hacían a la luz de una vela o en la oscuridad de una noche de invierno no era bien visto y se despreciaba, no habría quien lo "manejara". Y matando dos pájaros de un tiro (aunque fueron más), se conseguía dotar de "creatividad", "esperanza" y promesuchas de un futuro mejor el gobierno de un insensato, inepto y egoísta, que lo primero que hizo al ostentar el poder fue asegurarse su plaza de funcionario por si aquello no le salía bien, viéndose incapaz de sostener aquel cargo.
Como todo en la vida, las heridas se curan, pero el dolor no se olvida. Hoy somos más libres que antes. Hoy hacemos uso del pensamiento libre y eso al de antes, el de siempre y a algunos no les va, no van de ese "royo", desafortunadamente para ellos es lo que hay y lo que les queda, y por muchos casos torrecillas, que se están volviendo contra ellos y campos de golf y centros termales que prometan, ya no los creemos, hemos discernido en las promesas de tantos y tantos años y en sus mutilaciones, la realidad y el futuro que nos espera de su lado, haciendo gala de libertad frente al tirano que intenta perpetuar su cargo a costa, si es necesario, del "bien vivir" de los vecinos (por no decir algo más fuerte).
A Víctor Jara, lo mutilaron, a los chavales y más "granaos" de la radio también, pero hoy después de todo lo que llevamos vivido, visto y pasado y sufriendo el vandalismo inyectado por el gobierno en todas sus instancias, no tenemos nada que perder, solo podemos ganar. No tenemos miedo, hoy seguimos los pasos del Amigo Víctor y eso escuece en la mente de quien solo vive a costa de la represión. Hoy no pueden callarnos, hoy no pueden mutilarnos, hoy son ellos los asustados.
Por un Marmolejo libre de caciquismo, dictaduras, favoritismos, represión, opresión, prevaricación, ... por Marmolejo Otro Marmolejo es Posible.