Menos lobos y más trabajo. Y es que algunos no aprenden.

Hemos tenido a bien recuperar este artículo del pregonao del mes de Agosto, ahora que empiezan las amenazas, las "uñas y dientes" y tememos que el patio político empiece a convertirse paulatinamente en un guau guau amedrentador.
pregonao.com
En Marmolejo tenemos lo que tenemos, muchos vecinos parados y tratados como niños.
DOMINGO, 29 DE AGOSTO DE 2010 13:12 CATAFRACTO

La duda razonable.

A los niños, tradicionalmente, se les ha contado cuentos para controlarlos. Cuando no había manera de que se estuvieran quietos, de que dejaran de tocarlo todo, de que comieran, de que hicieran lo que los mayores decían o pedían explicaciones que no apetecían dar, se les contaba un cuento apropiado para la ocasión y quedaba el problema resuelto.

El lobo, el coco, duendes, la bruja turuja, el tío del saco y hasta el tío capaor, saltaban de las historias más inverosímiles y se instalaban en la aterrada imaginación infantil consiguiendo unos efectos fulminantes, ya no había chiquillo y en su lugar un atemorizado infante acataba a pies juntilla la voluntad del adulto, que veía en estos camelos una “mano de santo” en cuanto a control de la conducta del niño.

En Marmolejo, se han inventado el tripartito como el coco de la política y la supuesta pertenencia de IU a la extrema derecha para justificarlo, un disparate ni siquiera pueril, más bien raya el terreno de la imbecilidad, pero cada cual decide como y donde hace el ridículo, aunque sea en el salon de plenos.

El miedo es una de las armas más poderosas de control de las personas, bien sea en grupo o individualmente. El miedo a no conseguir lo que se desea o necesita y el temor a perder lo que ya se tiene, tanto en temas materiales como emocionales, son la correa con la que se atan voluntades y se consiguen adhesiones. La amenaza más o menos velada de sufrir un daño moral o económico a la persona o la familia, o simplemente el aviso de que se le puede poner cuesta arriba la convivencia perdiendo el favor del mandatario, son plato común en la vida de los marmolejeños.

Listas negras confeccionadas con firmas pedidas puerta a puerta para respaldar la política del alcalde, los que se señalan por meterse en política en cualquier partido que no sea el Psoe, los que son sospechosos de no votarlo, los que intentan crear asociaciones al margen del control municipal, los libre pensantes, los vecinos díscolos de la pedanía o cualquier barrio, los que no leen dentro de su partido, los que no se creen las versiones oficiales manipuladas de los asuntos públicos, los que buscan y piden explicaciones, los que tienen inquietudes culturales al margen de la oficialidad (como pasó en la municipalización de Radio Olivo), los que exigen que se les atienda en el Ayuntamiento por derecho y no de favor, los que se encaran con las injusticias, los que no pueden con el amiguismo, los que no quieren entrar por el aro… en definitiva toda una serie de vecinos controlados y listados por su presunta peligrosidad para el Pensamiento Único instaurado hace tantos años. Personas que se saben vigiladas y advertidas de represalias en cualquier momento que bajen la guardia o necesiten tratar con la oficialidad. Lo malo no es que estemos hablando de hace cincuenta años, es que esto pasa hoy, finales de Agosto de 2010.

Con el miedo se desvirtúa la realidad y se le da mucha importancia a la persona temida, la que nos puede hacer daño. Combinando intimidaciones, chantajes, promesas, bulos y demagogia se consigue crear un personaje importante donde no lo hay, y toda una realidad inventada en la que las víctimas del engaño no controlan el medio y se sienten desprotegidos e instigados a hacer lo que se les diga para evitar problemas, y si caso cae alguna prebenda, pues mejor.

En Marmolejo, tenemos lo que tenemos, listas, paro, desazón y angustias. Vecinos que solo ven en la emigración un paliativo para su precaria situación o ponerle dos velas a algún santo para que lo que promete el alcalde sea verdad, algún día. Aunque las perspectivas actuales son desastrosas y los autobuses de antaño han vuelto, en breve salen otros, para llevarse a las vendimias y “habicholillas”, espárragos y fresas a aquellos que nunca habían pensado que tendrían que emigrar de esa forma, huyendo de la miseria de su pueblo.

Marmolejo, está fastidiado, han acabado los tiempos de la emigración rentable de la construcción de lunes a jueves y vivimos el mal rollo de salir a lo que sea durante semanas o meses para subsistir y ni siquiera para prosperar como hacían nuestros padres. Y lo más grave es que en Marmolejo, pueblo de servicios que no de trabajo, se ha potenciado la emigración desde el Ayuntamiento por comodidad, pereza, falta de imaginación y despreocupación por los vecinos. La máxima de alguna obra pública nueva de cuando en cuando y a echarse a dormir, está dando sus frutos. Lastimoso pero cierto.

Ahora, vemos venir una vez más, soberbia en ristre a los responsables del abandono de los polígonos, la industria y la agricultura local, los amigos del ladrillo fácil y rentable en votos, y responsables de la falta de futuro, con fuerza renovada a plantear su estrategia de cara a las próximas municipales: Descrédito y ataque personal a los candidatos de otros partidos y sus familias, y poner en marcha toda una maquinaria de, lo que tan bien se les da, viejas promesas, demagogia, enredos, bulos, amenazas, falsas noticias y amagos varios para crear la sensación de que se está a punto de… de lo de siempre, de dehesilla, de 600 vivendas, de balneario… a punto de crearse cientos y cientos de puestos de trabajo fantasmas y aptos solo para crédulos que se quieran engañar a si mismos. Luego llegarán las excusas y la realidad, nada. Y si alguien se ha colocado, no hace falta decir quien, los conocemos todos.

Como anécdota comentar un pleno del año pasado en el que se jactaba el Alcalde Presidente de que en Marmolejo y en plena crisis, en cuestión de semanas iba a haber pleno empleo, que iba a tener el ayuntamiento serias dificultades para encontrar albañiles… y como dicen los viejos, “hay que tener memoria”, porque el tiempo ha pasado y tenemos el 40% de paro, el doble que en España, los vecinos emigrando, Cáritas que no da abastos, y hasta quien por desgracia se acerca a los contenedores de algún supermercado a ver lo que hay. En este clima, querer darle la vuelta a la realidad haciendo ver lo que no hay, es un insulto al pueblo que no nos merecemos, es un despropósito que raya la chulería, es meter el dedo en la llaga, es reírse de los vecinos y la necesidad que tenemos de que esta situación cambie y la facilidad de creernos, por desesperación, cualquier cosa.

Permítanme que dude y que esa duda sea razonable, lo suficientemente razonable para que no nos dejemos engañar ni embaucar por quienes no tienen la era limpia. En este caso no debe de prevalecer aquello de “más vale malo conocido…”, porque seguir por este camino terminará por hundir a Marmolejo y habrá una desbandada general… Suele pasar que cuando un alcalde está tantos años en el poder entra en decadencia política y personal, arrastra indefectiblemente a su pueblo a decaer, cuando se une el destino de un político al de un pueblo y si este no tiene intención de irse nunca, solo la ruina total del segundo hará que se marche el primero. Cuando el amor al sillón es mayor que el amor al pueblo, se condena al pueblo.

En Marmolejo hay un problemón y hay que solucionarlo entre todos, están en juego la supervivencia del pueblo tal y como lo hemos conocido y pretendemos que sea, estamos muchos vecinos dispuestos arrimar el hombro, con seriedad, sensatez y sin que nadie nos regale nada, estando como está todo por hacer, solo hay un camino. Seamos serios, optemos por la vía del esfuerzo colectivo y dejémonos de posibles pelotazos, promesas intangibles como premio a fidelidades electorales, que solo servirán para salvar los muebles a algunos y mantener en la ruina a la inmensa mayoría.